Chihiro Onitsuka

¿Qué se puede pedir de la luz?
Lo mismo que de la oscuridad.
Si tuviera que guiarme a mí misma, dejando
cosas absurdas y sin olores en mis dedos,
el lugar al que siempre he querido llegar al fin
sería la cima de la torre que todo lo atraviesa.
Lo que he ganado han sido los sueños de algún lugar en el tiempo,
a pesar de que esos fríos pensamientos se aferran obstinadamente a
las calles hacia las que miro.

Perdiendo mi camino de regreso a casa,
¿a dónde voy a volver hoy?
Tengo miedo, incluso sabiendo lo que
la luna ha escondido en su sombra.
Se desbordan lágrimas de sangre
y me elevo al cielo con mis alas
sobre los restos de un mundo destruido por las llamas,
gritando salvajemente,
gritando salvajemente.

La fuerza viene de tí y de mí, lenta y vagamente,
como si manejáramos estas hojas en nuestras manos.
El calor que sentí con mis manos extendidas
fue la ráfaga de alguien gentil.
Estos sentimientos que abandoné serán un canto errante algún día,
y despertaré mis pequeñas emociones
de forma que estos edificios y estos días no desaparezcan nunca.

Perdiendo mi camino de regreso a casa,
¿a dónde voy a volver hoy?
Tengo miedo, incluso sabiendo lo que
la luna ha escondido en su sombra.
Se desbordan lágrimas de sangre
y me elevo al cielo con mis alas
sobre los restos de un mundo destruido por las llamas,
gritando salvajemente,
gritando salvajemente.